Opinión

EL PODER DEL MIEDO

Hace unos días escuché por la radio que se había descubierto que el hombre de Neardenthal era capaz de tener pensamientos abstractos, echando por tierra la teoría de que fue el Homo Sapiens. Pero bueno, esto casi sería lo de menos.

Dada la deriva de nuestra sociedad –nada parece haber cambiado, a pesar de los adelantos científicos y tecnológicos-  me preguntaba cuál sería el  primer pensamientoabstracto de ese hombre, que como todo primer pensamiento se queda grabado a fuego en la memoria y prevalece, y se transmite a los hijos, de los hijos de los hijos.

A mi memoria acudieron las matanzas de pueblos inocentes, la exhibición de la crueldad y el asesinato a través de los medios de comunicación, los parricidios, las violaciones, los secuestros, y me fue terrible constatar hasta qué extremos llega el envilecimiento del corazón humano.

Entonces me aventuré  a pensar que el primer pensamiento de nuestro más antiguo ascendiente tuvo que estar relacionado con el miedo.

Vio el miedo en los ojos del animal que huía ante su presencia. Era el más débil, igual que él ante las fuerzas naturales que lo sobrecogían.

Y el miedo, esa sensación que se convirtió en pensamiento, tenía que ser conjurado de alguna manera. Y miró de nuevo al animal y se sintió más fuerte y utilizó ese miedo como un instrumento de poder.

Pero el miedo seguía ahí, y nada podía contra las tormentas, contra el calor o el frío; y buscó otra forma de defenderse o de vengarse de su impotencia. Y se fijó en el otro. Tal vez fue solo una mirada de uno de los de su especie que le resultó extraña, o acaso la de alguien que venía de otro lugar, huyendo de no se sabe qué. Era lo desconocido y, por lo tanto, una amenaza, y entonces empuñó la piedra y golpeó.

Miró a los otros y vio en su mirada la misma expresión que en los animales que había sometido y se sintió fuerte, y con un gutural aullido se autoproclamó jefe de la tribu.

Pero el miedo siguió por los siglos de los siglos, y aún sigue la piedra golpeando en el irredento corazón de los hombres.