Había, en la gran sabana
dos leones que, rivales,
tenían a los chacales
por amigos de jarana.
Un león, una mañana,
convocó una reunión,
y allí, toda la afición
le aclamó como el más fiero
y, como rey, el primero
de toda la creación.
Los chacales asistieron
y alabaron el festín y,
cuando llegó a su fin,
al otro león corrieron
a decirle que perdieron
el tiempo en aquella fiesta
que, aparte de ser molesta
«como tú, oh rey, no hay ninguno».
Y así, sin pudor alguno,
fue su coba manifiesta.
Pero, en el ocaso, un día,
hacen la paz los leones
y acuerdan celebraciones
para sellar su armonía.
Y, al ver que fue villanía
la coba de los chacales,
a los otros animales
les piden sabio consejo,
y el búho, que era el más viejo,
dictó sentencias cabales.
El desierto es su condena,
mas, no cesan de buscar
a alguien a quien adular
y les levante la pena.
Así que, si por la arena
del desierto alguien, contento,
se aventura, que esté atento,
y no caiga en los halagos
del chacal, pues hace estragos.
Y aquí se acabó mi cuento.
NOTA PARA MARCOS ANA, DONDEQUIERA QUE ESTÉ:
Poeta: la savia de tu árbol seguirá alimentando a todos los que amamos la libertad. Hasta siempre ¡SALUD Y REPÚBLICA!
