Poesía

FÁBULA DEL SABIO Y EL COYOTE

Buenos días, amigos:
Hay personas que se permiten hacer bromas -algunas pesadas- sobre sus amigos, pero que no permiten que se hagan sobre ellas. Personas que insultan, sin el menor reparo y que, al ser insultadas se sienten víctimas de una injusticia intolerable.
Pues bien, en estas fechas tan propicias a los buenos propósitos (dietas incluidas), quiero dedicarles esta fábula, por eso del propósito de enmienda…

FÁBULA DEL SABIO Y EL COYOTE

Hasta un sabio ermitaño llegó, un día,
un coyote a quejarse: Señoría,
el raposo no para de insultarme
y, señor, nos es que quiera yo vengarme,
pero sí que le den un escarmiento,
para que pague, así, mi sufrimiento.
El sabio lo miró: Tengo entendido
que hay un jumento igual de dolorido
por los insultos varios que recibe
de alguien que, ahora, en quejarse se desvive.
¿Yo? ¿insultarlo? Si solo lo he llamado
inútil y cretino, y el malvado
viene a acusarme de maledicente
¡a mí, por ser sincero y ser valiente!
Pues mira, dijo el sabio, si al vecino
insultas con tamaño desatino,
no te quejes ahora si el raposo
te tacha de arrogante y vanidoso.
Pues, quien las da las toma, así que calla,
no vayas a perder otra batalla.
¡Salud y República!