Opinión

¿DEMOCRACIA?

Los “puretas” que tenemos de 50 años para arriba y vivimos el nacimiento de una democracia después de 40 años de “palo y tente tieso”, nos encontramos hoy entre el desconcierto y el temor ante una democracia degradada que muy poco o nada tiene que ver con nuestras- ante lo visto- ingenuas esperanzas.

Ni los anteriores gobiernos ni el actual han dado repuesta a nuestras expectativas. Nos hemos ido sumergiendo en un mundo de corruptelas en el que ni partidos ni sindicatos han sabido estar a la altura de las circunstancias y, con el paso de los años, una democracia pluralista, dialogante y consensuada ha ido dando lugar a un estado de silencio y ocultación, cuando no de mentiras, y a una democracia de leyes impuestas con el beneplácito (por demás inútil, dada la mayoría absoluta) de algunos partidos que todos conocemos, por eso de arrimarse “al sol que más calienta”.

Hemos salido a la calle a protestar por los desahucios, por la ley del aborto, por los recortes en Sanidad y educación por el petróleo que se nos viene encima, y los responsables se han pasado por las axilas las protestas de los “advenedizos” a los que, encima golpean y encierran. Y además, nos siguen advirtiendo que si seguimos manifestándonos podremos ser considerados terroristas y, por tanto, merecedores del palo y el tente tieso

Así las cosas, vamos viviendo en una democracia en retroceso donde el pueblo tiene cada vez menos oportunidades, menos cultura y, por lo tanto, menos libertad. Eso sí, nos queda el fútbol, ese moderno opio del pueblo. Ahora lo único que parece importar es la Roja ( no, no les hablo de esa muchacha de bandera tricolor, sino de la selección española y olé) y sus avatares. Muchos niños siguen con hambre, se sigue desahuciando a familias enteras, la gente se sigue muriendo en urgencias o de tanto esperar, la educación es cada vez máspara los ricos pero ¡oh,qué tristeza, a la Roja le han colado 5 goles!

Lo único que parece quedarnos es la palabra- cada vez menos- aunque esta no nos evitará que se nos revuelvan las tripas cuando veamos en una foto al señor Rajoy estrechando afectuosamente la mano del sanguinario dictador Obiang en su anunciada visita a Nueva Guinea.

A lo mejor, un día de estos reaccionamos y volvemos a abrir las ventanas para recibir un aire de libertad que nos eleve por encima de todos estos desatinos. “Con la mano en la mar, así lo espero”.