DECÁLOGO DEL CÍNICO
1º- Te amarás a ti mismo sobre todas las cosas. El resto es canalla que, como mucho, merece tu indiferencia.
2º- Prometerás cualquier cosa con tal de conseguir tus fines. Después justificarás tus incumplimientos echándole la culpa a las circunstancias o a otros que, por envidia, te ponen zancadillas, a ver si caes. (Caínes, ellos)
3º- Disfrutarás con el trabajo de los otros, sobre todo si tú eres el principal beneficiado. Cuidarás de que lo hagan bien y que te cueste poco (ya tú sabes).
4º- Está muy bien eso de que las leyes están para obedecerlas, sobre todo en lo que concierne la plebe. Pero tú estás por encima de eso y no olvides que quien hizo la ley, hizo la trampa.
5º- Llamarás a todo lo malo ocurrido a tus enemigos y demás calaña invasora de tu territorio “efectos colaterales”. Y no olvides estropear las cámaras de video de tu casa(o de tus fronteras) por si acaso. También es importante hacer “la vista gorda” a las quejas.
6º- Gozarás sin comprometerte. Recurre a frases como “yo no te prometí nada” o “pensé que tú eras un espíritu libre” o “me hiciste creer que tú también pensabas como yo,” o lo que se te ocurra sobre la marcha.
7º- No preguntarás de dónde salen las prebendas que te ofrecen tus aduladores o tus aliados a los que, por supuesto, no firmarás recibo alguno.
8º- Sé sutil a la hora de difamar al contrario (los pequeños detallas son importantes.) Siembra la duda y el miedo entre los suyos. Escarba en su pasado, inventa. La plebe siempre está dispuesta a creer, si se le da el suficiente morbo al asunto.
9º- No te limitarás a desear lo que tiene el otro. Harás lo posible y lo imposible para que ese otro, después de haber escuchado tus persuasivas razones, te lo ceda.
10º- No olvidarás, nunca, nuca que el fin justifica los medios.
Estos diez mandamientos se encierran en dos, como mucho: Te amarás a ti mismo por encima de todo y a eso que llaman prójimo que le den.
Amén.
